Hola mi nombre es Laura, tengo 28 años y vivo en la ciudad de Austin, Texas, en Estados Unidos, anteriormente vivía en México, que por cierto extraño mucho, pero no me puedo quejar, vivo muy feliz en Austin.

Quiero compartirles una experiencia que viví con mi mascota, es con el único fin de concientizar sobre el cuidado y atención que debemos proporcionar a nuestros queridos amigos peludos.

Como muchas parejas vivimos una vida tranquila y alocada en ciertos momentos, no hemos decidido tener hijos, pero a los 2 nos encantan los perros, y es por eso que decidimos adoptar un lindo cachorro hace 2 años.

Pero bueno, el tiempo pasa muy rápido y nuestro perrihijo peludo comenzó a crecer, es ahí donde comenzaron los problemas. Las travesuras, las desobediencias y el desorden que causaba en nuestra casa nos comenzó a preocupar.

El romper los muebles, orinar en la alfombra, romper nuestra ropa, dañar mi hermosas flores y prácticamente destruir todo a su paso, fueron tan solo una de las tantas cosas que nuestro querido “canelo” comenzó a hacer, literalmente se convirtió en un malcriado.

Prácticamente era imposible sacarlo a pasear, le ladraba a todo mundo, no era nada sociable y quería pelear con todos los perros que se cruzaban en su camino, se jalaba para todos lados, en fin, era muy frustrante y estresante sacarlo a pasear.

Le quitamos su cómodo lugar dentro de casa, pero desafortunadamente sacarlo a nuestro patio no ayudó en nada, todo lo contrario, mi hermoso canelo se volvió más agresivo y no paraba de ladrar, al grado que comenzó a molestar a nuestros vecinos. Teníamos que encontrar una solución efectiva de inmediato.

Encontré algunos consejos en internet, sin embargo, nada de lo que probé funcionó. El tiempo pasaba y la situación no cambiaba, algunas veces tuvimos que volver a meterlo a casa, con el único objetivo que nos permitiera dormir.

Mi pareja se empezaba a desesperar y la verdad yo también. Inclusive comenzamos a tener problemas en nuestra relación por culpa de canelo. Claro que lo queremos mucho, pero consideramos que había llegado el momento de buscarle un nuevo hogar, cosa que me deprimió mucho y me invadió de tristeza.

Estábamos en la búsqueda de un buen hogar para canelo cuando una tarde tuvimos la visita en nuestra casa de Sebastián y Karina, unos amigos entrañables que conocemos desde hace varios años.

Ellos también tienen perrhijos, 2 preciosos dálmatas que son su adoración. Como ya se imaginarán les platicamos sobre nuestra situación con canelo, lo tristes que estábamos por su inminente partida.

Entonces Sebastián expresó con gran sorpresa… “¡Quéeeee! ¿Cómo piensan abandonar a canelo? Eso no es necesario, el grave problema que tienen con canelo tiene solución, no lo abandonen, miren déjenme les explico…”

“Nosotros también tuvimos problemas de mal comportamiento con nuestros queridos perrhijos, no creen que ustedes son los únicos, pero nosotros resolvimos el problema. Hoy puedo decir con orgullo que yo mismo entrené a mis cachorros.”

Entonces, yo le dije a Sebastián que eso ya lo había intentado, que no me había funcionado, y él me cuestiono… ¿Qué fue exactamente lo que hiciste? Bueno, busqué algunos tips en internet y nada nos funcionó, le comenté.

“¡No! mi estimada Laura, ahí está el problema, tienes que adquirir el conocimiento de un entrenamiento de perros probado y certificado, con estrategias que realmente funcionen.”

Pero eso debe ser muy caro, además no tenemos tiempo de llevar a canelo a alguna academia de perros, le repliqué.

“No amiga, ahora es muy fácil tomar un curso por internet, con la misma eficacia y resultados que un entrenamiento presencial.” me comentó Sebastián. Y continuó, “Mira préstame 3 semanas a canelo, dispongo de un par de horas al día y con gusto les ayudaré.”

Las 3 semanas se fueron volando, era el momento de que canelo volviera a casa.

Sinceramente dudamos que Sebastián hubiera logrado algún cambio con nuestro perrihijo. Pero ¡oh sorpresa! admirados pudimos ver grandes cambios en el, ¡no lo podíamos creer! literalmente era otro perrhijo. Nos volvimos locos de felicidad.

¿Sebastián, qué fue lo que le hiciste? le pregunté.

“Se los dije, solo es cuestión de tomar las cosas con calma y buscar soluciones efectivas. Simplemente apliqué todo lo que he aprendido con el curso Educanino, de Álvaro Osorio, un profesional en adiestramiento canino, y no tuve que salir de casa.”

La verdad estamos super agradecidos con Sebastián, nos evitó un dolor muy fuerte de tener que separarnos de canelo. Nosotros no sabíamos de este tipo de cursos en línea, así que no dudamos en adquirir este curso.

Lo que nos puso más felices, es que este curso no solo nos ayudó con los problemas que tenía canelo, pudimos aprender sobre tácticas efectivas de entrenamiento y otros tips muy buenos, ya hasta hemos considerado poner nuestra propia academia para perros jajajaja y ganar un dinero extra, ¿por qué no?

Pero eso no fue todo, cuando compramos el curso de adiestramiento, también tuvimos la oportunidad de adquirir 2 increíbles cursos adicionales que complementaban perfectamente el curso de entrenamiento.

Los 2 cursos extras que adquirimos tratan sobre la correcta alimentación y cuidado de perros, cómo mantenerlos sanos y felices. Y el otro es sobre peluquería canina, ese le encantó a mi pareja, ahora podíamos mantener a un hermoso canelo, sin pagar costosos salones de cortes caninos.

Ahora los 2 entrenamos a nuestro querido canelo, lo alimentamos sanamente y mantenemos su pelaje hermoso con procedimientos de baño, cepillado y desenredado.

Estos cursos fueron el complemento perfecto para el curso de entrenamiento que adquirimos. ¡Wow! la verdad nos pudimos ahorrar muchos problemas si hubiéramos conocido antes toda la información de estos cursos, y lo mejor es que pudimos aprender cómodamente desde casa, jajajaja ¿Increíble no?

¡El canelo travieso y maleducado quedó en el pasado! ¡Estoy super feliz!